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marzo 29, 2024

CREI POR LO CUAL HABLE

"…Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos…" 2 Corintios 4:13

NO CENTRALIZACION DE FONDOS .

Iglesias de Cristo

 del Nuevo Testamento

no centralizaron fondos

para obras benévolas y del evangelismo

Gran Comisión

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, Mateo 28:19

Mandamiento para los apóstoles.

Hech. 2-7, predicaron a judíos; Hech. 8, a samaritanos; Hech. 10, a Cornelio (primer gentil); Hech. 13-28, en todo el Imperio Romano.

Misión de la iglesia

Pero 1 Tim. 3:15 habla de “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. Por eso, la iglesia debe evangelizar al mundo.

¿Cómo puede hacerlo?

Muchos hermanos enseñan que la centralización de los fondos de las iglesias es indispensable.

 Muchos hermanos piensan que es imposible evangelizar al mundo sin centralizar los fondos de muchas (todas) las iglesias en una sola iglesia.

Por eso, inventaron la “iglesia patrocinadora” (iglesia central) a la cual las iglesias envían fondos.

¿Por qué no enseñaron esto los apóstoles? No era el plan de Dios.


¿Qué pasó en el primer siglo?

El “evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo”. Año 63

Rom. 10:18, “¿No han oído? Antes bien, or toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras”.

El evangelio fue llevado a todas las naciones sin la centralización de fondos en una “iglesia patrocinadora”.

Obra personal

Un factor muy importante: Hech. 8:4, “los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”.  Nada de “centralización”.

Hech. 11:19, “los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía” hablando la palabra.

Hechos 11:27-30

Dinero de discípulos de Antioquía enviado a los hermanos de Judea.

Entregaron el dinero a los ancianos. Algunos dicen que este dinero fue entregado a los  “ancianos de Jerusalén” y que éstos lo repartieron entre las iglesias de Judea. El texto no dice esto. “Determinaron enviar socorro alos hermanos que habitaban en Judea, lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo”. Obviamente los ancianos a los cuales entregaron el dinero eran “hermanos que habitaban en Judea”.

Muchos hermanos buscan textos que enseñen la “centralización” – no existen.

Hechos 12:25

“Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén”. Hermanos que enseñan la iglesia patrocinadora dicen que este texto enseña que el dinero enviado por los hermanos de Antioquía fue enviado a los ancianos de Jerusalén y que siendo ancianos de una iglesia central o patrocinadora lo repartían entre las iglesias de Judea. Concluyen que por eso los ancianos de Jerusalén eran “ancianos patrocinadores” (centralistas) basando su argumento sobre este texto (Hechos 12:25) que Pablo y Bernabé volvieron de Jerusalén. Ellos usan mal las Escrituras porque la frase “volvieron de Jerusalén” no equivale la frase “solamente llegaron a Jerusalen con el dinero”.

Este servidor ha visitado varias iglesias de Nicaragua y siempre vuelvo de Managua. Al decir “vuelvo de Managua” no significa que prediqué solamente en Managua. Tal argumento de los centralistas es pura insensatez.

Iglesias de Judea

Había iglesias en Judea, Hech. 9:35, 42. Hermanos centralistas usan mal Gál. 1:22, “no era conocido de vista a las iglesias de Judea”, tratando de probar que Pablo solamente llegó a Jerusalén y que no llevaron el dinero de Antioquia a los ancianos de las iglesias de Judea. Lo que Pablo dice en Hechos 9:35, 42 se refiere a Hechos 9:26-30, su primera visita a Jerusalén. No se refiere a Hech. 11:29, 30. Hermanos que usan este texto para tratar de apoyar su doctrina falsa de una iglesia centralista o patrocinadora tuercen las Escrituras.

Hechos 14:23

“Designaron ancianos en cada congregación”. No dice que “designaron ancianos en las congregaciones más grandes” sino en “cada congregación”.

El Nuevo Testamento no habla de instrumentos de música en el culto de la iglesia. Tampoco habla de “iglesia central” o “iglesia patrocinadora”.

Al decir que “designaron ancianos en cada congregación” sabemos que todas las iglesias son iguales, cada una es independiente.

Autonomía

Bajo Cristo cada iglesia se gobierna sola. Compárese “automóvil”, se mueve solo.

Tiene que ver con función, que es capaz de llevar a cabo su obra de edificación, evangelización y de benevolencia (ayudar a los santos necesitados).

Ninguna iglesia debe entregar su “obra” (dinero) a una iglesia central o patrocinadora.

La “iglesia patrocinadora” corresponde al concilio o sínodo de las iglesias protestantes.

“Lo hace voluntariamente”

Desde luego. Ancianos centralistas no llegan con armas para sacar dinero de las iglesias. Se les envía voluntariamente.

Pero los padres pueden voluntariamente entregar a otras personas la obligación de criar a sus hijos.

Podemos voluntariamente entregar a otros cualquier deber o tarea que nos corresponda… Pero ¿es aceptable con Dios? Claro que no.

Hablando de “voluntario”

Dicen que no se pierde la “autonomía”. Dicen que la central no ejerce control sobre las iglesias.

Control de policía no, pero de presión e influencia.

Control de despedir predicadores, cortar salarios, cancelar series, tildar a sus oponentes como “anti-cooperación”.

“Buenas obras”

Tienen escuelas, clínicas, orfanatorios, etc. y dicen que nos oponemos a “buenas obras”.

¿Los apóstoles se oponían a “buenas obras”? ¿Dónde están las escuelas, clínicas, etc. que ellos establecieron? ¿Por qué no lo hicieron?

No es el evangelio de Rom. 1:16, sino el  “evangelio social”. Este no es el papel de la iglesia.

¿No practicamos la cooperación?

1 Cor. 16:2, al hacer esto cooperamos con otras iglesias que hacen lo mismo.

Esta es cooperación sin centralización de dinero.

Lo mismo cuando evangelizamos, cooperamos con los otros cristianos (y otras iglesias) que lo hacen.

2 Cor. 9:13

Centralistas citan “vuestra contribución para ellos y para todos”. Por eso se enseña que la ofrenda es para inconversos también y que se puede usar para clínicas, etc.

Pero la palabra “contribución” es koinonía (comunión), y esta palabra se usa tanto de la ofrenda como de la cena del Señor.  No hay koinonía (comunión) con inconversos.

La Biblia no autoriza que la iglesia use la ofrenda para inconversos necesitados. Como individuos ayudamos a cualquiera pero la ofrenda (al igual que la cena) es “comunión”.

Santiago 1:27

“La religión pura .. Visitar a los huérfanos y a las viudas”… Muchos hermanos enseñan que este texto autoriza que las iglesias de Cristo tengan un “orfanatorio” (asilo de niños) sostenido por las ofrendas de las iglesias.

Pero Santiago 1:23, “alguno”; 24, “él”; 25, “el”; 26, “alguno”; es decir, Sant. 1:27 habla del deber del individuo y no del uso de la ofrenda de la iglesia.

Habla a nosotros como individuos. No describe lo que las iglesias deben hacer con la ofrenda.

No métodos

Nos dicen que escuelas, clínicas, iglesias patrocinadoras, etc. son simplemente “métodos” de hacer la obra.

Más bien son organizaciones que no son autorizadas por Cristo y los apóstoles.

Incluso escuelas, clínicas, asilos son entidades legales, cumplen requisitos como empresas.

Iglesia – Individuo

Muchos hermanos enseñan que la Biblia autoriza que las iglesias tengan actividades sociales, salón para la llamada “comunión”  (comida, juegos), un centro familiar para fiestas, juegos, etc.

Pero tales actividades no pertenecen a la iglesia sino a la familia. Como individuos tenemos obligaciones de toda clase (negocio, gobierno, escuela, prójimo).

Pero el papel de la iglesia es espiritual: edificación, evangelismo, benevolencia (santos necesitados).

No  “pura opinión”

Por último, dicen que nuestra oposición a estas innovaciones es “pura opinión” y no debe afectar la comunión.

Rom. 14 sí enseña que opiniones no deben afectar la comunión.

Pero esta controversia tiene que ver autoridad, autonomía, papel de la iglesia, uso de la ofrenda, etc., asuntos que sí son de “la fe”, Judas 3.

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