“Sois aptos para amonestaros” (Ro. 15:14)
INTRODUCCION: “Y sois aptos para amonestaros los unos a los otros”, así dice la última parte de Romanos 15:14 según la versión Hispano-americana, la versión moderna lo vierte así: “capaces también de amonestaros los unos a los otros” ¿Cuánta importancia tiene esta declaración de Pablo? ¿Cuánta importancia le damos? ¿Queremos que así nos considere Dios a nosotros? Pero, ¿podría decirse de nosotros esto mismo que dijo Pablo de los hermanos romanos? Si no se puede decir que nosotros somos aptos para amonestarnos mutuamente, ¿Cómo nos sentimos? O mejor dicho, ¿Cómo nos debemos sentir? ¿Qué debemos hacer? Si queremos ser como estos hermanos romanos, ¿Cuáles cualidades debemos desarrollar? ¿Cuáles cualidades tuvieron los romanos para que Pablo haya dicho eso de ellos? La amonestación mutua es importantísima, y así la debemos considerar. Debemos amarla, respetarla y practicarla mucho. Si no somos aptos para advertirnos contra el pecado mutuamente necesitamos llegar a serlo. Este escrito tiene el propósito de colocar a la amonestación mutua en su debido lugar elevado, y de destruir esa mala manera de pensar que la amonestación no es importante. Este artículo no solamente tiene el propósito de provocar la práctica de la amonestación mutua, sino también el de señalar el camino hacia una amonestación bíblica y correcta. Necesitamos amonestarnos, pero no debemos hacerlo de cualquier modo, sino como dice Dios. Como veremos enseguida, el mismo verso que dice que los romanos eran aptos para amonestarse, dice porque lo eran.
I. LA IMPORTANCIA DE LA AMONESTACION
Este mismo texto, Romanos 15:14, indica la importancia de la amonestación, pues en él Pablo alaba a los romanos por ser aptos para amonestarse. Pablo nos da otra indicación de la importancia de la amonestación cuanto exhorta a los tesalonicenses a tener “en mucha estima y amor” a los que los amonestaban. (1 Ts. 5:12:13)
A. LOS PROPOSITOS DE LA AMONESTACION LA HACEN IMPORTANTE:
1. Ayuda a conseguir la conversión y salvación de los hombres: Colosenses 1:28.
2. Ayuda a evitar el pecado. 1 Co. 10:6-11.
3. Ayuda a evitar la apostasía. Hch. 20:28-31.
4. Ayuda a corregir el pecado. 1 Co. 4:14; 1 Ts. 5:14; Tito 3:10.
5. Ayuda a restaurar a los excomulgados. 2 Ts. 3:15.
B. ES IMPORTANTE PORQUE DIOS LA EXIGE: Y, aunque no hubiera otras razones que le dieran importancia con esta sola sería más que suficiente.
1. Tenemos la orden amonestarnos por medio de los cantos: Col. 3:16.
2. Pablo amonestó (Hch. 20:31; 1 Co. 4:14; Col. 1:28) y somos ordenados a imitarlo. (Fil. 4:9).
3. La amonestación es parte de la exhortación, y la exhortación mutua es mandamiento:
(a) La carta a los hebreos es descrita por su autor como “la palabra de exhortación” (Heb. 13.22).
(b). Pero, esta “palabra de exhortación” incluye muchas amonestaciones, (Heb, 2:13; 3:12; 4:1,11; 10:26-31; 12:25), por lo tanto la amonestación es parte de la exhortación.
(C) La exhortación mutua es obligación de todo cristiano: Hebreos 3:13; 10:25. 4. 1 Tesalonicenses 5:14: “y os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los desordenados” (Hispano -Americana).
II. “ESTAIS LLENOS DE BONDAD”
Las amonestaciones correctas brotan de las actitudes correctas. El verso que dice que los romanos eran aptos para amonestarse, también los describe así: “estáis llenos de bondad” Según la versión Valera, la habilidad de los romanos de amonestarse mutuamente consistía, por lo menos en parte, en que estaban “llenos de bondad”: “estáis llenos de bondad» de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros” (Énfasis míos)
A. LAS AMONESTACIONES CORRECTAS NO MANAN DE ACTITUDES MALAS:
1. No manan del odio. No debemos odiar a nadie, mucho menos a los hermanos. El que no ama a su hermano “esta en tinieblas” (1 Juan 2:9), y es “homicida” (1 Juan 3:15). No usemos a la amonestación como pretexto para descargar nuestro odio contra nuestros hermanos.
2. No manan de la envidia. Dios prohíbe la envidia. (Gal 5:26; 1 Co. 13:4). Es envidioso tratar de desacreditar, humillar o avergonzar a sus “rivales”. Nunca debemos amonestar a una persona solamente porque le tenemos envidia y queremos humillarla por medio de una amonestación dura.
3. No manan de la venganza. Dios la prohíbe. (Ro. 12:17,19; 1 Co. 13:4,5) Nunca debemos usar a las amonestaciones como instrumentos de venganza. Si recibimos una ofensa real o imaginaria (a veces la amonestación se toma por ofensa) no debemos vengarnos con ellos amonestándoles. Necesitamos amonestar a cualquiera que lo necesite, aunque quien lo necesite sea un hermano que nos haya amonestado anteriormente, pero no debemos amonestar solamente para devolver amonestación por amonestación.
B. LAS AMONESTACIONES CORRECTAS MANAN DEL AMOR: La bondad es una expresión del amor. “Benignidad” es sinónima a la bondad, y el amor Mes benigno” (1 Co. 13:4). Los romanos eran aptos para amonestarse porque estaban “llenos de bondad” y estaban “llenos de bondad” porque amaban.
1. Los cristianos nos amamos (o por lo menos debemos amarnos) como Cristo nos amó: Juan 15:12, 13; 1 Juan 3:16. Nuestro amor debe ser tal que estaríamos dispuestos a morir por nuestros hermanos si fuera necesario.
2. El amor que nos debemos tener debe ser tal que todos podrán notarlo, debe ser nuestra marca de identidad. Juan 13:35.
3. De esta clase de amor brotan las amonestaciones correctas. 4. Al amonestar con las actitudes correctas (con amor genuino y entrañable), no solamente obedecemos a Dios, sino que la amonestación tiene una grande posibilidad de ser efectiva. Es muy difícil ignorar una advertencia de una persona que sabemos que nos ama de verdad.
III. “ESTAIS$LLENOS DE CONOCIMIENTO”
Los romanos eran aptos para amonestarse mutuamente no solamente porque estaban “llenos de bondad” sino porque también estaban “llenos de todo conocimiento”. Las amonestaciones correctas manan del conocimiento de la verdad. A. LAS AMONESTACIONES CORRECTAS SE HACEN CON UN CONOCIMIENTO CLARO DE LA VOLUNTAD DE DIOS. 1. Según Colosenses 1:9-10 y Filipenses 1:9-11, el conocimiento de la voluntad de Dios es necesario para andar como es digno del Señor, para agradarle en todo, para llevar fruto en toda buena obra, para aprobar lo mejor, y para estar preparados para el día del Señor. 2. Solamente el conocedor de la voluntad de Dios podrá saber si su hermano esta fallando en las cosas de arriba. Solamente el conocedor puede notar los peligros, fallas y desvíos de sus hermanos, por lo tanto, solo el podrá ser un amonestador correcto y eficaz. 3. Un hermano ignorante, aunque esté lleno de bondad, por faltarle la otra parte, el estar “lleno de conocimiento”, hará un amonestador muy pobre.
B. LAS AMONESTACIONES CORRECTAS SE HACEN CON UN CONOCIMIENTO CLARO DE LAS MAQUINACIONES DE SATANAS
1. Satanás es astuto y puede engañarnos. 2 Co. 11:3.
2. Pero, no debemos dejarnos engañar. Ef. 5:3- 6.
3. Pero, para que no nos gane ventaja necesitamos conocer sus maquinaciones. 2 Co. 2:11.
4. Es obvio que un hermano que está bien enterado de cómo trabaja nuestro enemigo podrá amonestarnos muy provechosamente.
5. Al contrario, un hermano que ignora estas cosas, aunque este “lleno de bondad” no podrá ver los ataques del diablo, y por lo tanto no podrá ayudarnos.
CONCLUSIONES:
1. ¿Somos como los hermanos romanos?
2. Si no somos como ellos, es importantísimo que lleguemos a serlo.
3. Todos los cristianos tenemos mucha necesidad de la amonestación de nuestros hermanos, pues son muchos los peligros que tenemos. 4. ¡Amonestémonos! Pero, hagámoslo “llenos de bondad” y “llenos de conocimiento”
Por José Soto. Tomado “El conservador” Agosto 1975

Deja un comentario

Hoswaldo Moreno

Predicador y autor cristiano. Mis libros son herramientas para fortalecer la fe y edificar a la Iglesia.